Frater no image

Publicado el 26 noviembre 2013 | por Parroquia

Qué es la «Frater»

Es un Movimiento de Iglesia, enmarcado en el Apostolado seglar e integrado en la Acción Católica asumiendo así la misión Evangelizadora de la Iglesia en el mundo de la discapacidad física y la enfermedad. Fundada por un sacerdote enfermo, Henry François en la ciudad francesa de Verdún en 1.942, somos un Movimiento de Iglesia, enmarcado en el Apostolado seglar e integrado en la Acción Católica asumiendo así la misión Evangelizadora de la Iglesia en el mundo de la discapacidad física y la enfermedad.

Nuestros principios fundamentales dicen:

–        La Frater está cimentada profundamente en el espíritu de la Fraternidad Evangélica.   

Nuestra Fraternidad no es una mera amistad. Intentamos que sea una fraternidad evangélica. Y entendemos por evangélica, que sea universal,  desinteresada, totalmente respetuosa con la libertad del otro… al estilo de Jesús.

–        La Fraternidad se dirige a todas las personas con enfermedades crónicas y minusvalías, físicas o sensoriales sin discriminación alguna.

La Fraternidad está abierta a todo enfermo y a todo discapacitado físico sin excepción. Porque si algo hemos aprendido del Evangelio es que toda persona, cualquiera que sea su edad, enfermedad, clase social, cultura o religión, es mi hermana.

–        La Fraternidad fomenta la unión personal y comunitaria entre sus miembros.

Nuestra Fraternidad quiere servir de familia a todos, discapacitados, enfermos y sanos. Que éstos se sientan a gusto y que trabajen, se responsabilicen, despierten a una sincera conciencia crítica, desarrollen actividades… No queremos reuniones de beneficiencia, sino algo que nos ayude a ser más personas.

–        La Fraternidad pretende el desarrollo integral de sus miembros.

Intentamos algo tan sencillo… y tan complicado, como es conseguir el desarrollo integral de los miembros de esta familia.

–        La Fraternidad contribuye a que sus miembros se incorporen activamente a la sociedad.

Un objetivo claro y declarado es lograr que las personas discapacitadas o enfermas, nos integremos plenamente en la sociedad, con igualdad de derechos y deberes que el resto.

–        La Fraternidad está vitalizada por equipos responsables.

La Fraternidad está regida y animada por sus propios componentes. Nadie como ellos comprenden sus necesidades y aspiraciones.

–        La Fraternidad recibe su animación espiritual, principalmente, de los Consiliarios, quienes participan activamente en la vida de los equipos.

Los consiliarios colaboran, prestando su especial ayuda en la orientación cristiana de nuestra vida y de nuestra peculiar experiencia, porque la Fraternidad recibe la vitalidad del Evangelio. Por ello quiere buscar en cada momento la respuesta más adecuada a la persona marginada.

Nuestros fines y actividades son:

  • Crear equipos de formación que promocionen personalmente a los minusválidos, paliando con ello los graves efectos que producen tanto el “paternalismo” como la marginación.
  • Conocer, difundir y resolver la problemática del minusválido, instando si es necesario, de los organismos públicos y particulares, la adopción de medidas y acciones pertinentes para lograr la completa integración de los minusválidos en la vida social. Cuando las necesidades son evidentes y no existe respuesta por parte de otros organismos la Fraternidad llega a asumir, si es necesario, la dirección y gestión de servicios de promoción personal, cultural, integración social y residencias de minusválidos físicos, contando en la actualidad con algunas residencias y centros de promoción, realizando estos servicios, sin ánimo de lucro, en coordinación con los Servicios Sociales provinciales y autonómicos..
  • Contactos Personales. La Fraternidad a través de sus miembros y equipos mantiene contactos periódicos con minusválidos que viven en pueblos o centros hospitalarios, donde no es posible organizar un pequeño grupo, personas con graves limitaciones físicas y escasas posibilidades de salir.

A través de ella, con nuestra presencia militante, queremos:

  • Encontrar en la Iglesia nuestro lugar, dejar de ser destinatarios pasivos y pasar a ser agentes activos de la evangelización en el mundo de los enfermos y minusválidos.
  • Mentalizar a la Iglesia y a la comunidad cristiana para eliminar las barreras arquitectónicas y los prejuicios para poder tener pleno acceso a todas las dependencias y actividades.
  •  Luchar para erradicar el paternalismo y  la resignación. Pretendemos ser fieles al mensaje del Evangelio “Levántate y anda”, tomar conciencia de que nuestras posibilidades superan nuestras limitaciones.
  • Colaborar a clarificar en la Iglesia el sentido cristiano del sufrimiento y el dolor humano, especialmente el que surge de la limitación física y la enfermedad desterrando, en lo posible, el dolorismo que todavía hoy abunda en consiliarios, catequesis y documentos oficiales.
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